sábado, 25 de febrero de 2012

El mismo lugar


Noche extraña, me fui quedando dormido en el transporte, pocos segundos pasaron y sentí mi mirada caer, rápido abrí los ojos pero ya no estaba en el mismo lugar, afuera las cosas se notaban raras, distintas pero tan iguales, el cielo nocturno se veía pequeño, como si se pudiera tocar, el camino era tan parecido pero se podía sentir la diferencia, las casas eran idénticas pero los letreros diferentes, marcas y horarios que no coincidían con aquellos lugares y horarios que yo conocía.
La avenida era idéntica, uno podría jurar que nada era diferente, que era el mismo camino, pero aunque no se notara a simple vista la diferencia yo sabia que no estaba en el mismo lugar; era muy extraño, no se sentía como estar en un país extranjero donde sabes que las personas son personas, que tu país está a unas horas y puedes volver, que incluso si no puedes volver tienes la sensación de estar con los tuyos, aquí se sentía como otro planeta, como un planeta gemelo, idéntico pero con diferencias, en horarios y nombres, pronto el camión en el que venia se sentía extraño, oscuro, iluminado levemente desde afuera por las luces de los postes y de los autos que venían en sentido contrario del otro lado de la avenida, avenida que era la misma pero se notaba diferente, el cielo pequeño parecía un techo que podía ser alcanzado estirando las manos; los postes, las casas, los puestos, eran idénticos a los que conocía pero las personas eran raras se sentían diferentes, no eran solo extraños como lo son todos todos los días, extraños a los que estamos acostumbrados, extraños que forman parte de nuestro mundo como extraños, estos eran diferentes, no eran mis extraños, no pertenecían a mi mundo, ese no era mi mundo, se veían entre ellos como yo veo a mis extraños, eran extraños entre ellos, pero no eran mis extraños. Pronto sentí miedo, ¿llegaría a mi casa? ¿A dónde voy a parar? En algún momento debo bajar de este transporte pequeño, de esta navecita que delimita lo que siempre he conocido, este mundo me parecía raro, no propio, como fabricado, sentí terror al pensar en bajar del transporte, me sentía como si al bajar de mi nave el exterior no obedecería ley alguna y mi cuerpo flotaría entonces hacia el techo de este planeta que no es el mío.

Baje y escribí esto, en mi casa, bajo un cielo que no es el mío, bajo un techo que no me pertenece, con personas que no son mis extraños, me pregunto si algún día volveré a ver a mis extraños, si algún día estaré en mi planeta de cielo abierto, de horarios y letreros conocidos, me pregunto si algún día la navecita me regresará a casa.

No hay comentarios: