viernes, 19 de junio de 2009

jueves, 18 de junio de 2009

El próximo martes

Y no dejaba de caminar algo me decía que si me detenía podía perder la vida.

En verdad no creo que me desconcertara lo que dijo o lo que hizo más me molestaba lo que no hacia porque ¿Qué no le importa nada en verdad?

Sentía como las miradas de todos en la calle estaban sobre mí pero a la vez no me importaba, era tal el conflicto interno que no puse atención mientras caminaba bajo la lluvia, no me importaba que mis lentes y mi cabello escurrieran o que los libros que traía bajo el brazo estuvieran completamente hechos sopa, necesitaba pensar lo que estaba pasando.

En definitiva no me podía detener, tenia miedo de quedarme ahí sin hacer algo pero al final eso sucedió, me di cuenta de la lluvia en mi rostro, de las miradas de la gente, de los libros mojados y de mi total incomprensión, en ese momento la lluvia se detuvo pero mi rostro seguía mojado por las lagrimas que no dejaban de rodar una tras otra, las miradas se fueron pero los ojos de mi alma se cerraban en un gesto de desprecio, los libros se deshicieron como mis esperanzas y me quedé ahí… olvidado.

Poco a poco la vida comenzó a tornarse igual que siempre, mucha gente pasando y hablando, gritos y risas; pero yo seguía ahí sin saber a donde ir, en verdad mi vida se había terminado pero podía iniciar una nueva, así, mojado y tímido, recogiendo pedazos mojados de mi vida para pagar mis culpas y encontrar nuevos dioses.

Al final llegue a casa y sabia que ya no me volvería a detener quizás solamente hasta el próximo martes.

viernes, 12 de junio de 2009

Genaro tiene novia ahora

Pues si, después de muchas contradicciones, platicas de pasillo, temores y sin sabores, el temible filosofo Genaro dio un paso importante en una larga cadena de acontecimientos; por fin y después de mucho tiempo mi gran amigo tiene novia.

¡Nada es como parece verdad! Pues claro aquella por la que sufrió un buen rato (rato mentiroso y nublado) no es con quien ahora disfruta la humedad de la lluvia en su rostro ¡no! El pasar del tiempo, las preguntas y respuestas en su vida lo encaminaron al arcoiris. Es extraño, uno no controla lo que siente ¡gracias a Dios!

Pues ahora tengo que contar cómo pasaron las cosas:

El filósofo en cuestión perseguía la felicidad en un lugar equivocado, el teatro se volvió su vocación pero no por mucho, se dio cuenta de que abandonar la filosofía a la que ya le tenia cariño no era la opción adecuada; no le importaba tanto su situación sólo deseaba y soñaba con estar en escena, pero la filosofía nada desagradable no se separaba de él, lo aconsejaba y caminaba a su lado.

Hablemos ahora de la filosofía, qué gran disciplina es aquella que se muestra todos los días de nuestra vida como consejera y guía, que bonito es darse cuenta que está y que no le somos desagradables; la filosofía estaba interesada en él y él en ella, lo mejor de todo es que ninguno lo sabia hasta hace unos días.

Es algo mágico ver de regreso al filosofo a los brazos de la filosofía, el teatro no era lo suyo ¡Todos lo sabíamos! Ahora ellos dos están completamente entregados el uno al otro (como debe ser) la alegría los embarga y cada cosa es hermosa a sus ojos, la fortuna les sonríe por fin.

Que nada los interrumpa, que nada los distraiga, lo mejor para los dos, lo mejor para la siempre querida filosofía, lo mejor para el siempre querido filósofo.


Ahora además de querer tener el valor que él tuvo también me gustaría un poco de su suerte.