Una vez mas me equivoco, pero esta es una de esas ocasiones en las que me alegra haberlo hecho, mi error fue suponer que un artista tan grande no podía dar mas de lo que ya había dado, pensé que en esta ocasión se vería afectado por la edad, pensé que su calidad musical cada día era menos; Pero no, el hombre logró hacer que 55 mil personas cantáramos y gritáramos de emoción a cada segundo, no hubo momentos de silencio, hasta en las canciones mas tranquilas se podía escuchar el estruendoso canto de miles de almas entregadas al músico quien no dejo de agradecer al publico las muestras de cariño y respeto bien merecidas.
Y no es por su fama por lo que gritamos, la entrega del hombre, el talento, todas esas cosas que lo hacen ser el músico que es; el manejo increíble del escenario y la increíble forma de tocar el piano, la guitarra eléctrica, la guitarra acústica, la mandolina, el ukelele y por supuesto el bajo; respaldan su exitosa carrera.
Un concierto que duró tres horas en las que la lluvia nos hizo el favor de dejarnos disfrutar de la música, tres horas en las que la luna asomada se perdía entre las luces de los celulares, lamparitas y encendedores; una luna que parecía querer participar de tan grande evento.
Dichosos los que podrán asistir al concierto de hoy, felices los que pudimos ser parte de esas tres horas de excelentes canciones del músico vivo más grande de los últimos tiempos: Sir Paul McCartney.