viernes, 22 de julio de 2011

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Me dijeron que estaba muerto, pero puedo sentir cómo palpitan mis entrañas por el hambre, me dijeron que mi tiempo había terminado pero veo correr las manecillas del reloj en mi muñeca, me dijeron que este hechizo maligno terminaría en algún momento, me dijeron que no se puede seguir vivo después de haber muerto, tengo miedo de no estar vivo ¿Qué soy entonces? Soy el mismo, pero me han sepultado ya. Me dijeron que ya no tengo alma, que no he resucitado, que sigo muerto, pero escucho la música al fondo, veo lo que veía antes de morir, siento lo mismo pero estoy muerto, fui sepultado y aquí estoy.

Mi tiempo terminó, pero aquí estoy ¿Este no es mi tiempo entonces? ¿Qué soy? No deseo matar, no deseo beber sangre, no soy un zombie. Tengo miedo, me siento fuera de tiempo, pero estoy en el tiempo. Me dijeron que fui sepultado, recuerdo haber muerto, ¿A dónde debo ir ahora? Me dijeron que no tengo vida, me dijeron que no soy humano, pero escucho mis entrañas palpitar de hambre, veo las manecillas del reloj en mi muñeca, escucho la música en el fondo. He visto mi tumba vacía, estuve ahí y me llama a volver ¿Debo volver? ¿Qué soy?.

lunes, 20 de junio de 2011

Estas y otras tardes


Las tardes así, como la de hoy, me recuerdan viejos días, no mas agradables que los nuevos. La nostalgia del recuerdo es la que me trae alegría, viejos días como este: polvozos, nublados, con las casas como salidas de la tierra, con la luz del sol a medio caer, con el viento soplando entre las calles.

Recordar aquellos días, aquellos soles, aquellas nubes, esperando la caída de la lluvia, esperando los remolinos de polvo que acarrean hojas de árboles.

Es imposible escapar y tengo que traerte nuevamente desde mi memoria, así que dejaré hasta aquí mis pensamientos, renunciaré una vez más a darte vida en mis papeles por el bien de mi alma y la nostalgia de tu recuerdo me hará feliz.

sábado, 28 de mayo de 2011

Evidencia de lo que no se ha pensado

Me tambaleo, torpemente intento llegar a la mesa, estoy mareado, me pesa la cabeza; sé que estoy cerca pero no puedo estabilizar mi cuerpo, el bazo en mi mano se derrama por más que intento evitarlo, y aún no llego a la mesa, no está tan lejos.
El sillón no me deja mover, veo como todos se agitan de un lado a otro con la música pero una vez más la cabeza no me obedece, se va, se va sin control y me río, no sé por qué, pero me río.

Yo la invite pero fue muy apresurado, apenas nos conocemos… lo dije o lo pensé, no deben saberlo, espero que sólo yo me haya escuchado. Bailaré con ella, definitivamente debo aprovechar que vino, qué habría pasado si ella también hubiera venido… lo dije o lo pensé, bueno concéntrate en bailar, sí, baila, deja de pensar, puedes decir algo y arruinarlo todo.
Necesitas llenarme el bazo amigo, no sé qué es eso que me estoy bebiendo pero debes llenarlo, no mejor no, yo debo mantener el control, qué pensarían mis padres si me vieran, ellos deben entender, soy responsable. ¿En verdad no vendría por eso? Seguramente no sabía como decir que no, debí parecer un loco atrevido, o un imprudente… ¡llena mi bazo amigo! Se suponía que yo no quería más, no me gusta, sabe terrible, bien, dejaré de tomar.

Pero qué debí hacer entonces, en verdad quería que viniera conmigo. Ella se fue a dormir, es lo mejor, es casi imposible contenerme cuando está a un lado… ¿Lo dije en voz alta? No importa, se fue a dormir.

Siento frío, el sillón está incomodo, ya no me tambaleo, no me pesa la cabeza y recuerdo todo, mis pensamientos son iguales, no estoy menos contento que ayer. En verdad espero que el siguiente sábado todo salga bien, no puedo creer que haya aceptado salir conmigo, seguramente no sabré que decir… no puede ser que se vea tan bien por la mañana, mejor nos vamos.
Feliz cumpleaños.

sábado, 19 de marzo de 2011

Nota mental

Decidió pegarse un tiro, cuando por fin lo hizo se vio a si mismo con el espantoso agujero en la cabeza chorreando sustancias rojizas entre pedazos palpitantes de su mente, ya no podía regresar estaba tirado en el piso, había caído mal así que tenia la mano quebrada atrás de la espalda y una pierna arriba de la silla en la que estaba sentado.

Tenía los ojos abiertos fijos a la nada, contemplándola por fin. El ruido del disparo había alertado a su familia que insistentemente golpeaba la puerta de su cuarto, gritando y llorando suponiendo lo que había pasado, y él se seguía viendo ahí tirado en el piso con la mancha creciente de suciedad mental rodeando su cuerpo contorsionado; de un momento a otro la puerta fue derrumbada, y los gritos entraron, los desmayos, las angustias. Y él se seguía viendo, con el arma en la mano...

...Decidió nunca pegarse un tiro.

lunes, 7 de febrero de 2011



Nuestra primera composición como grupo...

miércoles, 26 de enero de 2011

Compórtate como un hombre

Recuerdo que mi padre me decía: “¡Muchacho tonto! Tienes que crecer, compórtate como un hombre ¡Por Dios!” yo bajaba la cabeza y pensaba en lo que me decía, ¿Cómo me comporto como un hombre? Soy un niño, los niños se comportan como niños, así son las cosas, no puedo ser un niño y comportarme como un hombre.

Mi padre siempre me lo decía, “Compórtate como un hombre” incluso estando apunto de morir se tomó el tiempo para repetírmelo “¡Compórtate como un hombre maldita sea! ¡No llores! ¡Con un demonio se un hombre!” Estaba muriendo, cómo quería que no llorara, su crueldad no era suficiente para que me resultara indiferente su dolor.

Recuerdo un día, mi padre golpeaba a mi madre despiadadamente, yo era un adolescente, tenia en la sangre el animo juvenil de retarlo y me creía con la fuerza física para hacerlo, pero no podía dejar de pensar en sus palabras “Compórtate como un hombre” ¿Debía dejar que la golpeara? ¿Es eso ser un hombre? O debía por el contrario, detenerlo con todas mis fuerzas; al final terminé llorando al lado de mi madre esperando que mi llanto curara las heridas que mi confusión dejaron en ella, no fue mi padre el culpable de su dolor, fui yo. Y mi padre al verme llorando me tomo con fuerza del hombro y me dijo esas palabras “Compórtate como un hombre”.

Hace tiempo que mi padre ya no está, no sé si logré hacer lo que siempre me pidió, seguramente me reprocharía miles de cosas, seguramente estaría decepcionado, pero...

Es mi vida papá ¡Compórtate como un hombre!